domingo, 10 de noviembre de 2013

¿Quién quería rascarse a cuatro manos?

"¡Guacho, vení a posar" le grita Leonardo Da Vinci al modelo que utilizó para el famoso "Hombre de Vitruvio". Una combinación extraña de genes que permitió una mutación bastante particular, otro par de extremidades tanto superiores como inferiores. En la fotografía que vemos aquí arriba, dos de sus piernas salen por detrás del sillón, con ellas se sostenía parado por muchas más horas que cualquiera de nosotros, como si se tratara de una cola, la cual podía manipular para apoyarse. Cualquiera creería que al estar en contacto con alguien tan destacable como Leonardo Da Vinci, llevaría a cabo una vida de sacrificio por el conocimiento, donde gran parte de sus horas se pasen profundizando textos, escritos; mientras que la otra parte sería invertida en diseñar aparatos que faciliten las tareas cotidianas. La verdad es que Fabricio De Gasperi, el modelo con la anomalía antes mencionada, era un fanático del deporte que trabajaba en una herrería construyendo antenas que roben la señal de los canales codificados para ver fútbol de primera sin pagar.
Lamento haberles arruinado aquella imagen de alguien tan erudito colaborando con una de las mentes más brillantes que pudo gestar la humanidad hasta el momento, pero es mi deber sacar a la luz los verdaderos eventos que transcurrieron por ahí.

Dibujo perteneciente al primer número de "Al Final de la Escalera", el fanzine de esta pútrida expresión de caca que es el blog.

No hay comentarios:

Publicar un comentario