domingo, 19 de enero de 2014

Amanecer de los corazones negros.

Enterré por años las ganas,
Que tenía de golpear la pared.
Y aspiré la escencia de un cuervo muerto,
Que llevaba días dentro de una Ziploc.

Ansío liberar mi mente por las venas.
Perdón por toda la sangre,
La cual fluye en un torrente final
A una marcha calma y silenciosa.

En un último paseo por las habitaciones de casa
Se me hace evidente que esto tarda demasiado.
Siento el metal sobre mi barbilla,
Pero todo es excesivamente pesado.

Por encima de mis ojos es más certero.
Luego del cantar de un pajarito
Escucho la melodía más bella en mi vida,
Durante el amanecer de los corazones negros.

bamo maijen bieja.

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